La mezcla de lava volcánica y ceniza es lo que conforma la tierra volcánica, un potente fertilizante para plantas gracias a su alto contenido en nutrientes como el azufre, el fósforo, el calcio o el hierro. En cantidades correctas, el uso de la tierra volcánica en nuestros jardines y huertas mejora la fertilidad del suelo.

¿Qué es la tierra volcánica?
Quizá siempre nos hayamos imaginado páramos desolados después de una enorme explosión de volcán. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que los amplísimos bosques del monte Fuji en Japón surgieron a raíz de una violenta erupción de volcán en el siglo IX. Lo mismo ocurre con las islas hawaianas.
¿Cómo es posible? La respuesta es que la tierra volcánica contiene una rica combinación de nutrientes y oligoelementos que actúan como un estimulante para el desarrollo de la vegetación. Por eso muchos de los más bellos ecosistemas del planeta se han formado en un suelo con altos niveles de tierra volcánica.


No es casualidad que las plantas tropicales de exterior, el musgo y los árboles que vemos en estas fotos sean tan verdes, robustos y espléndidos. El sustrato de tierra volcánica tiene mucha relación con el ritmo de crecimiento de los ecosistemas. En concreto, las rocas magmáticas son las que más nutrientes contienen.
Lo que esto quiere decir es que el suelo volcánico es perfecto para que una planta crezca más rápido, más sana y con más fuerza. Algunos ejemplos de rocas magmáticas son el basalto o el gabro, que tienen una capacidad de descomposición acelerada una vez las colocamos en nuestro primer huerto urbano o jardín.
¿Por qué el suelo volcánico es fértil?
Es sorprendente que muchas civilizaciones antiguas decidieran asentarse en áreas de volcanes y que en los últimos años se haya descubierto que los beneficios de la tierra lunar, un satélite con alta actividad volcánica, la convertirían en campo de cultivo. Todo apunta a que el suelo volcánico tiene ventajas.
En realidad, la tierra volcánica son rocas ígneas que provienen directamente del manto de la Tierra y la erupción de los volcanes las empuja hacia el exterior. El trabajo de la vegetación es descomponerlas, pero lo que pocas veces nos han contado es que la vegetación también se nutre de las rocas ígneas.

La importancia de las rocas ígneas, que constituyen el 95% de la corteza terrestre, radica en que son depósitos minerales: el hierro, el calcio, el magnesio, el sodio, el potasio, el fósforo, el azufre y el silicio son los componentes nutritivos que están concentrados en pequeñas cantidades de tierra volcánica.
Cuando un volcán explota, las rocas ígneas como la perlita para jardines se vuelven una fuente de alimento para las plantas que hace que la tierra sea fértil, favoreciendo la evolución de ecosistemas. Por tanto, la tierra volcánica es fértil porque tiene un alto contenido de nutrientes venidos del interior del planeta.
Propiedades de la tierra volcánica
El sustrato de tierra volcánica no solo hace que las plantas crezcan más grandes y sanas a un ritmo rápido. Los científicos han descubierto estas propiedades que mejoran el rendimiento de la vegetación. De hecho, hay muchos hongos hermosos que se alimentan de los suelos de bosques por su alto contenido en nutrientes.
Es un abono mineral multinutriente
La tierra volcánica contiene tantos nutrientes que sus efectos son catalíticos para las plantas. Esto quiere decir que, si colocamos una pequeña cantidad de este abono en el jardín, se reponen los metales necesarios para que las enzimas bacterianas del suelo reciclen la materia orgánica para hacer compost.
Por tanto, la tierra volcánica sirve para activar los mecanismos de reciclaje del suelo que transforman la materia orgánica en nutrientes. Las raíces de las plantas absorben estos nutrientes y son tan numerosos que estimulan el crecimiento, la complexión y la salud en muy poco tiempo.
Favorece la economía circular
En regiones del mundo donde la actividad volcánica especialmente intensa es probable que los agricultores y los habitantes que viven en estas áreas compren y vendan ceniza volcánica entre sí para que ambas partes tengan beneficios, estimulando la economía circular. Este hábito aporta ventajas para el planeta.
Al ser eficientes con la materia prima de un lugar y aprovecharla al máximo se evita el transporte a largas distancias y el despilfarro de recursos. A cambio, se apuesta por el desarrollo socioeconómico, más empleo y el transporte con las mismas cadenas logísticas que distribuyen otros fertilizantes.
Hace el suelo fértil a largo plazo
No tenemos que estar constantemente reponiendo el suelo con sustrato de tierra volcánica, dado que sus efectos en la transformación de la materia orgánica en nutrientes son prolongados. Esto hace que las plantas tengan más probabilidades de germinar, crecer y propagarse tanto a corto plazo como a largo plazo.
Los usos de la tierra volcánica en el suelo permiten que los países con erupciones volcánicas dispongan de un fertilizante natural local, beneficiando los productos agroganaderos y la economía local.
Reduce la acidez del suelo
Aunque los suelos con mucha acidez son beneficiosos para algunas plantas, no siempre es este el caso. Por eso, esparcir un poco de abono volcánico en nuestros jardines y huertas puede aumentar el pH y reducir los niveles de acidez para que la cantidad de nutrientes sea mayor y las raíces puedan absorberlos.